Viejo loco con su edificio enfermizo y sin propósito. No me caía bien realmente con esos objetivos tan vanos como intentar construir el edificio más alto de Latinoamérica: es un gasto excesivo de materiales (por lo tanto, contaminante), destruye el paisaje natural de la ciudad al interponerse cerca de los cerros, poco rentable, y símbolo de los suicidios santiaguinos (metro de Santiago aparte).
Fuera de eso era bueno pal negocio, no se le puede negar. Ahora sobre el cómo da harto que hablar.
Justo tenía que ir al supermercado cuando me enteré de la noticia, y cuando pasé por el Jumbo, había una pequeña mesita afuera con una foto de Paulmann, unas flores y un libro de condolencias. Había una señora firmando así que no me quise acercar a mirar, en verdad no estaba tan interesado, solo me llamó la atención el esfuerzo.
Creo que Paulmann es uno de esos pocos dueños de empresas chilenos a los que se les haría algo remotamente parecido, porque la gente lo conocía, por algún motivo.
Quizás la mesa estaba ahí para los empleados, o quizás estaba ahí por los vecinos? venga a saber uno.
Recuerdo a mi profe de micro-economía diciéndonos “¿saben que Horst Paulmann tiene un piso entero del Hyatt para él?”, lo cual no sé si es verdad, pero tampoco lo dudo tanto.