Por unas recomendaciones de teología-metafísica me había interesado por las obras del padre Osvaldo Lira (chileno), y para cachar qué tal le busqué alguna entrevista en Youtube.
Resulta triste que alguien del que se dice era tan versado en la materia terminara siendo un completo imbécil e intentara manipular el cristianismo a su antojo para justificar su defensa y amistad con Pinochet. Y la cosa no termina sólo con él, sino que el vejete fue el mismísimo profesor de Jaime Guzmán.
Con ese prontuario resulta difícil darle una oportunidad a su obra, por mucho conocimiento que acumulara, las piruetas mentales que hay que hacer para justificar una tortura bajo el supuesto paradigma católico, son dignas de acróbatas profesionales.
No se puede ser cristiano y amoral, por tanto solo queda la opción de imbécil. Por otro lado, si bien comparto tu reflexión sobre las influencias del entorno y como estas no permean, les pongo un limite en cuanta influencia puedan tener.
Desde una perspectiva materialista el humano es solo un robot programado por el entorno que responde a su mismo código de programación, un determinismo duro que no nos deja ninguna capacidad de elección, y en la que en este caso, gente como Lira no tendrían responsabilidad real de nada.
El caso es que el catolicismo no es materialista, sino que reconoce la dimensión metafísica y teológica en la que el hombre es capaz de operar fuera del engranaje, el famoso libre albedrío. Pero, este libre albedrío tampoco es omnipotente, respondemos a lo que conocemos y conocemos por nuestro entorno. Sin embargo, que no conozcamos todas las posibilidades al momento de elegir no significa que no lo escojamos, tampoco significa que cada elección se reduzca a un sí/no.
Dicho lo anterior, Lira pudo haber crecido en el mismo tipo de circulo fascista que nombras, pero su formación como sacerdote (aunque no quisiera) lo obliga a ampliar su campo de elección y (dentro de lo que se entiende en el catolicismo) lo hace ver verdades innegables para alguien como él.